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De tu pesadilla eres el protagonista…te quejas tanto y haces tanto, los demás son basura, no necesitas de ellos, y sin embargo ahí están. ¿Y para qué, si no es para hacerte sufrir? ¿O es que acaso tú no haces a los demás sufrir? Pero si lo haces y ellos no comparten tu vicio oculto, ¿son entonces sus lágrimas tu culpa? ¿Y qué hay de tu pasión y tu locura? No deberías también poseer la libertad de vivirlas a tu original y auténtico gusto? Tú no los obligas, ni ellos se comprometen, ¿más cómo es posible entonces que se ofendan? ¿Qué les has hecho?, ¿qué les has dicho? ¿Acaso de algo dañino los has convencido? Y en todo caso, ¿cómo saber qué es lo dañino? Tú no inventaste el dolor o el sufrimiento; estos ya existían y han existido desde hace mucho tiempo y han sido tanto amados como odiados, pero eso ya no es tu culpa. Ni siquiera culpa es tuya cuando te ríes de la miseria de los demás, cuando en tu rostro orgullosos se dibuja una tenue sonrisa y ahí estás una vez más, gozando del terrible y contagioso dolor ajeno…y mientras los demás se aversionan ante tu mirada sádica, yo me siento atraída, atraída a tu piel, a tu cuerpo, a tu alma, y atrapada en esta obscura ilusión; comienzo mi obsesión, este deseo que ya es parte de mí. Y sin darme cuenta ya te siento aquí, poco a poco me has ido robando; tú, tu forma de ser, tu manera de hablar, de pensar, de escribir…tú y sólo tú. Me tienes en tus manos y al parecer disfrutas de esta condición, puesto que tú conoces mi situación, pero eres lo suficientemente orgulloso para no hacer más, aunque yo sé que, en el fondo, tienes miedo…miedo de herirme, como nadie podría herirme más, y en el camino herirte tu también, mas no te preocupes, te entiendo perfectamente y aunque ambos sabemos gozar del dolor; este no es nuestro camino. El amor es dolor, pero no es sólo eso; desgraciadamente también implica algo más; algo que puede quizás incluso llegar a ser peor que el mismo dolor: la felicidad; aquella situación prácticamente inalcanzable, cegadora y que se supone es por la cual todo ser pugna; y -sin embargo, esa supuesta felicidad, ¿dónde está ahora?, ¿por qué tengo tanto y no lo veo?, ¿por qué hay a mi alrededor seres que me aprecian y que ven algo maravilloso en mí?, ¿por qué soy incapaz de ver todo eso de lo que ellos hablan?, ¿por qué hay lágrimas que nacen en mis ojos y mueren ahí mismo incapaces de salir porque son secadas por el dolor de los demás, ante el cual, soy yo la que debe ser fuerte y una vez más esconderme detrás de esa sonrisa fría para mí, pero cálida para los demás, y ocultar esa infelicidad absurda y sin sentido que me hace tanto mal? Y si no soy la única en esta situación, sólo quisiera encontrarte, porque sólo tú lo podrás comprender, sólo tú podrías ayudarme y, hasta tal vez, algún día, salvarme de esta terrible soledad en compañía, de esta obscuridad de día y de este dolor que ahora sí me lastima…
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Me atrapaste, y ahora, aún a pesar de que ya no estás aquí, no puedo alejarte de mí, tu sombra me persigue de noche, y lo único que quisiera es que estuvieras una vez más junto a mí. Y después de morir a tu lado; porque sin ti realmente no podría vivir, mi alma regresará al único lugar que alguna vez consideré mi hogar… el infierno. Y ahí arderé de deseo por ti, esperando a que tal vez algún día llegues a caer aquí, al único lugar al que alguna vez perteneciste. Sólo espero poder ser yo el ángel que te salve del sufrimiento en vida, y tú…tú espero que seas el príncipe que me ame por siempre.

~legna´s reficul~

*luthien uruviel*